domingo, 10 de octubre de 2010

ahogada noche otoñal




Entre rayos y cigarros ahulla el viento desnudando árboles que antaño fueron referentes de vida y belleza. Era primavera, cruzó el verano.

La primera lluvia traza la silueta de todo exterior vagante. El otoño ha despertado.

Sigo mi camino bajo nubes y aros de humo. Fiel, la luna se esconde tras un translúcido velo. En mi mente, ignoradas advertencias del ahorcado. Sigue otro nuevo año, y el viento de la noche trae consigo llanto. Pero seca mis lágrimas hasta que cierro los ojos para poder, al fin, descansar.



Sólo la lluvia acaricia mis pulmones, inspirando la tristeza que tanto he anhelado, otorgándome así de felicidad.

La mujer de las nieves ha abierto los ojos, y empieza a despertar.