martes, 6 de septiembre de 2011

un perfecto escalofrío




Y es que el ser humano, a veces, es sumamente cruel con uno mismo. Aunque es este juego macabro lo que hace ser más bellas aun las emociones.
Rebuscar inconscientemente en los cajones del olvido con el unico fin de encontrar con total perfeccion aquello que te hace estremecer. Sentir un perfecto escalofrío, que nace en el brazo izquierdo, y como si de un veneno se tratara, se va expandiendo por todo tu cuerpo; el otro brazo, el pecho, el cuello, la cabeza, el tronco entero, las piernas, los dedos... Sentir que cada pelo de tu cuerpo se pone de punta. Que tus piernas empiezan a temblar.

Y de repente, una lágrima que irrumpe con tu inconsciente sonrisa y condenando al desvanecimiento de esa sensación de placer total.

Maravillosa tristeza, aunque te escondas te volveré a encontrar, pues solo así volveré a sentirme feliz.