miércoles, 8 de diciembre de 2010

propietaria de mis sueños


Cada noche, cuando nuestros párpados niegan la luz al mundo tangible, nuestra voluntad y nuestro inconsciente libran una eterna batalla. Sólo entonces observamos nuestra verdadera pureza.

Hasta que nuestros párpados se abren y nos confundimos con esta falsa realidad.


Es por eso que los verdaderos romances nacen y se nutren de los sueños.


Y en uno de estos sueños dislumbre una sonrisa entre la borrosa multitud. Una sonrisa que deslumbraba belleza, bajo una mirada que desnudaba alma alguna que se cruzara en su camino.

Esa sonrisa era la tuya.
Me atravesó, y dio pie a este anhelo de inspiración.
Y en ese preciso instante deseé no despertar jamás.


...la belleza del ser humano
reside en su sonrisa...

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