jueves, 19 de diciembre de 2013

Tan sólo un escalofrío



¿Qué esperanza le quedará ya al Muerto cuando su único anhelo sea el de perderse entre los oscuros avernos del mundo de Morfeo? ¿O cuando su último pensamiento se centre en hallar las puertas del infierno de su subconsciente? ¿Cuando sus hábitos más primitivos se vean alterados a consciencia para sufrir irremediablemente las leyes de la biologia que conducen a uno a adentrarse en los parajes de las pesadillas?

Un escalofrío. Tan sólo eso.

Capaz de recordarle el temblor de los labios de su Reina del Destino yaciente entre sus brazos y sábanas. Y sólo los últimos alientos de sus dias eran suficientes pare devolverle a su Reina el calor que necesitaba para descansar.

Sólo así se podían permitir renacer por la mañana siguiente, con lo justo para querer seguir.

Aunque sólo fuera por otro dia más, de idéntico final.

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