viernes, 14 de febrero de 2014

Reencuentro



Y justo cuando mis dedos estaban a pocos milímetros de alcanzar la Muerte, un músico se cruzó en mi camino para obligarme a detenerme.
Sin nisiquiera mirarme empezó a tocar su guitarra. La Muerte dejó a su vez de huir para mirarme con tristeza.
El artista empezó a cantar. Sonaba a despedida.
I eso resultó. La Muerte envuelta de pena se despidió y se esfumó al finalizar la interpretación del artista intrometido.

Y me vi sin ella, sentado esperando que algún dia volviera para recuperar o reemprender aquello que nunca fue.

Disfruté de una vida sin La Muerte y, aunque pudo parecer más fácil así, la estuve echando de menos en cada momento. En los mejores y en los peores ella se cruzaba por mi mente.

Seguía esperándola. Como iba a vivir tranquilo o contento si a cada momento triste o feliz no podía al menos compartirlo.

Una vida sin muerte no me solucionaba nada.

[...]

Y un dia recibí una postal desde Ásia. Anónima.
me citaba en una fecha concreta y en un paraje lejano y desconocido.

Una intuición me llevó a pensar en ella y fui sin pensarlo.

Esta vez no habria huida. No me podia citar para salir corriendo al verme.

Y cuando llegué la vi.

Bella como siempre, parecia contenta ante mi presencia y se mantuvo inmobil ante mi acercamiento.
Más cuando me pareció estar cerca reemprendió su clasica huida.


Y aqui me encuentro.
Otra vez.
Persiguiendo a la Muerte.

Sólo que esta vez es distinto.
Parece que despues de un largo tiempo de descanso, y tras echarla mucho de menos, hay algo distinto.
Puede que no me queden fuerzas para seguir tras ella. Por mucho que quiera. o que crea querer.

Pero aún así corro tras ella, pues nada me aterra tanto como el saber que la dejé escapar.

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